Una gira en la que Taylor montó un espectáculo flipante donde cambiaba de ropa a cada momento y todo estaba controlado al milímetro.
La misma Taylor contó en una entrevista que detrás del escenario era una locura, con ayudantes que le preparaban la ropa de cada parte del show y la ayudaban a cambiar de vestuario, zapatos y peinado ¡¡en 30 segundos!! Eso sí que es arreglarse rápido.
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